“Para que haya paz en el mundo, debe haber paz en vuestros corazones.»

Es un honor sabernos hijos de la mujer que traería al Príncipe de la paz a la Tierra, la elegida para ser ese precioso medio que traería la Salvación al mundo; la Virgen María es nuestro mayor ejemplo de fe, pureza y obediencia. Nuestra Madre, amorosa y fiel intercesora, anhela siempre lo mejor para cada uno de sus hijos, es por ello que es la primera en rogar por nuestro bien, por nuestra paz… ¡Cuán grande es tu amor por nosotros Madre fiel, cuán agradecidos estamos por tenerte!

Justo en la cima de una hermosa colina, en la llamada Peña de la Virgen, Estado Trujillo, Venezuela, se encuentra un Monumento en Honor a Nuestra Madre, en su advocación de Virgen de la Paz; al llegar ahí se respira un aire de total calma y la vista es inigualable, además, ¿sabías que es el Monumento habitable más alto de América? La imagen de Nuestra Señora de la Paz mide 46.72 metros de altura, siendo tan solo centímetros más alto que la Estatua de La Libertad de la ciudad de Nueva York e incluso solo un poco más alta que el Cristo Redentor de Río de Janeiro.

las 10 estatuas más altas de América Vía wikimedia.
las 10 estatuas más altas de América Vía wikimedia.

 

Este Monumento es la imagen de la Virgen María más alta del mundo; Ella lleva sostenida en su mano derecha una paloma, símbolo del Espíritu Santo, pero también símbolo de la Paz de la Tierra. Se inauguró el 21 de diciembre de 1983 y tuvo la bendición litúrgica del recién ordenado cardenal José Alí Lebrún Moratinos, contó con la presencia del embajador de Venezuela ante el Vaticano Luciano Noguera Mora y además vino acompañada de un mensaje televisivo de parte del Papa San Juan Pablo II; el Santo Padre, en dicha ocasión, expresaba lo siguiente:

“Venerables hermanos en el episcopado. Queridos hermanos y hermanas:

Al ser informado de que iba a ser inaugurado hoy en la Ciudad de Trujillo, un Monumento a la Paz Mundial, que representa a la Virgen bajo la hermosa advocación de Nuestra Señora de la Paz, quiero asociarme personalmente a un acto tan significativo. Es particularmente aleccionador el hecho de que el Monumento hoy inaugurado, surja como respuesta al contenido del Mensaje Pontifico, para la celebración de la Jornada de la Paz del año pasado y que se erija precisamente sobre uno de los cerros que dominan esa ciudad llamada, desde su fundación hace casi 425 años, Trujillo de Nuestra Señora de la Paz, patrona de la misma ciudad y de la Diócesis.

Esa realidad que se inserta en el conjunto más amplio de una Nación y de un continente donde tan urgente es el arraigo profundo de los ideales de la paz, debe ser una llamada constante a hacer del Monumento hoy inaugurado, un símbolo y un centro de trabajo en favor de la Paz, un centro de plegaria incesante a quienes la Madre común, a quien a todos hermana en el mismo amor de hijos, a quien desea ardientemente que cesen por fin las divisiones, los odios, la sangre derramada en absurdas contiendas, a quien quiere ver manos sin armas y espíritus reconciliados, armados solamente con el propósito de concordia, de solidaridad y mutuo entendimiento.

Pero, a la vez, ese Monumento ha de construir un centro de empeño, de animación, de esfuerzos y de iniciativas efectivas en favor de la paz que es imposible sin las debidas condiciones interiores y sin el fundamento insustituible de la justicia, que promueva el urgente y armónico progreso de todos. Un progreso que es respeto de los derechos de cada uno. Un progreso que es el nuevo nombre de la paz, como dijera uno de mis predecesores y hacia el que yo mismo he alentado en tantos momentos desde fuera y desde las mismas tierras del Continente Americano.

Pido a Nuestra Señora de la Paz, desde ese lugar del cual se abre el horizonte hacia la geografía de diversos distritos trujillanos, suscite en los habitantes de toda la Nación y de los otros países vecinos anhelos de generosa entrega y servicio a la causa de la paz. Con estos deseos imparto a los pastores, a cuantos han colaborado en la realización del Monumento y los fieles de Trujillo y Venezuela entera, la Bendición Apostólica en el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo.” Amén.
Todos los años, fieles peregrinos católicos se dirigen al Monumento de Nuestra Madre, para confiarle cada una de sus oraciones, rogando con mucho amor por la paz de su país y del mundo entero. Si te encuentras en Venezuela, no dudes en pasar a visitarla y recitar tu preciosa oración por la paz, hazlo con mucha fe, esperanza y amor. Estamos llamados a ser, de la mano de María, perseguidores de la Paz y la Justicia. Oremos fielmente para que podamos ser siempre el punto de unión, llevando a cada lugar la paz y tolerancia necesaria, empezando por nuestro corazón.

Monumento virgen de la paz

María, Reina y Señora de la Paz, que al cumplirse los tiempos, nos diste a Cristo, nuestra Paz,
ayúdanos a realizar la urgente tarea de la reconciliación,
para construir cada día una comunidad más justa y fraterna,
que la podamos extender más allá de nuestras fronteras.
Así sea.

Artículo escrito por nuestra colaboradora y católica con acción Marioxis Alvarado.

2 Comentarios »

  1. Feliz me siento al entrar en estas páginas q llenan mi vida de fe esperanza y amor en estos momentos de dolor que estamos viviendo en nuestra familia y nuestra única esperanza es que nuestro Buen Dios nos ayude .

    Me gusta

Déjanos conocer tu opinión escribiendo un comentario

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s