halloween-no-gracias-yo-creo-en-la-comunion-de-los-santos

”No veneramos el recuerdo de los del cielo tan solo como modelos nuestros, sino, sobre todo, para que la unión de toda la Iglesia en el Espíritu se vea reforzada por la práctica del amor fraterno. En efecto, así como la unión entre los cristianos todavía en camino nos lleva más cerca de Cristo, así la comunión con los santos nos une a Cristo, del que mana, como de Fuente y Cabeza, toda la gracia y la vida del Pueblo de Dios”

Constitución Lumen Gentium N° 50, Concilio Vaticano II

Empiezo escribiendo este artículo compartiendo la alegría común que como miembros de la Iglesia inspira en CATÓLICOS CON ACCIÓN el que muchas comunidades católicas, parroquias, medios de comunicación, movimientos, sacerdotes, religiosos y laicos han hecho de estos días una verdadera revolución “anti-halloween” en muchos lugares geográficos y en la gran comunidad virtual a través de las redes sociales principalmente. Ya era tiempo que como cristianos católicos nos levantáramos en contra de una tradición que no es nuestra y que es contraria a los principios más elementales de nuestra fe.

Dichosamente hoy en día existe información suficiente en nuestros medios católicos sobre este tema, de tal manera que no hay excusas para errar, no somos huérfanos en la fe, cada bautizado debe saber que la Iglesia como Madre y Maestra nos cuida y nos enseña; por tanto, nos corresponde a todos informarnos y ser valientes defensores de nuestra fe. Lo que ahora compartimos como CATÓLICOS CON ACCIÓN a través de este blog es un aporte más a este despertar católico “anti-halloween”, esperando sea de valiosa ayuda en sus comunidades, grupos de amigos y familias.

Hace un par de días leía en el periódico un artículo sobre halloween algo que me dejo desconcertado: “el único día del año en que se celebra lo malo”; lastimosamente el halloween se ha apoderado de aspectos tan preciosos de la naturaleza humana para aparentar ser “menos malo”: La inocencia de un niño, la creatividad humana, el arte, la amistad, la celebración, la vida en comunidad… y todo esto ¿para qué?, ¿para celebrar el mal? Nos vivimos quejando del mal y la violencia en nuestro mundo durante 364 días al año, no puede ser que durante un día bajemos la guardia, cerrando nuestros ojos y corazón ante la celebración del mal; poco a poco el mundo trata de insensibilizar a los hombres y mujeres ante la existencia del mal, relativizándolo o negando su existencia. El cristiano debe estar atento y vigilante sobre su corazón y actuar con coraje ante esto: El mal existe, el maligno existe… el demonio y lo demoniaco existe, si nos descuidamos esto nos apartara del amor de Dios.

Para aquellos católicos que aún creen consciente o inconscientemente que el halloween no tiene nada de malo, para aquellos jóvenes que se emocionan con el disfraz bajo la excusa de divertirse entre amigos y para aquellos padres que piensan que es adorable vestir a sus niños de pequeños monstruitos que van de puerta en puerta pidiendo dulces a los vecinos, por favor, como Iglesia les pedimos ¡Despierten! ¡No celebren el mal! ¡No se dejen llevar por una vana alegría que comprometa gravemente la gracia de Dios en sus vidas! No es posible que un cristiano se vuelva cómplice del maligno para no sentirse excluido de esta “celebración”.

De la única celebración de la que nos debemos preocupar de no quedar excluidos es de la fiesta eterna, de la Comunión de los Santos, del gozo de tener a Dios en nuestra vida y de sentirnos amados por Él. “CREO EN LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS” esto es lo que profesamos cada domingo en nuestros templos; profesamos la fe en algo más fuerte que el odio y que la muerte, más fuerte que el halloween, más fuerte que el mal.

“COMUNIÓN”, es la común unión, esta palabra viene del griego “koinonia”, que significa “lo que hay en común” y en general el término denota la unión de dos o más cosas, personas, ideas, etc… muy al contrario el maligno denota des-comunión, desunión, lo que menos ves en halloween es a Cristo. Siempre el cristiano debe saber escuchar las palabras del Señor “Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada… La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos…” (Juan 15, 4-5.8).

Hay tanto que decir sobre la comunión de los santos que esperamos poder compartirles un artículo solamente sobre este tema más adelante; por lo pronto, lo que pretendemos es decirles a muchos hermanos, celebremos la gran fiesta de todos los santos este 1 de noviembre ¡DESDE SUS VÍSPERAS!… que el 31 de octubre no sea una noche de brujas, sino la noche de todos los santos, porque como cristianos creemos y proclamamos que Jesús es Señor del tiempo y suya es la eternidad, por los siglos de los siglos.

Tan solo imagina esta escena: En el cielo, todos los santos preparan sus mejores trajes para asistir a la gran fiesta del “día de todos los santos” y los cristianos acá en la tierra preparando su “mejor disfraz”… Eso no es comunión. Este 31 de octubre estamos recibiendo muchas invitaciones desde el cielo de nuestros hermanos los Santos pidiéndonos que nos unamos a esta gran celebración, para que juntos como Iglesia que somos todos nos deleitemos del amor de Dios.

Decía San Alberto Hurtado que “La comunión es el centro de la vida cristiana, como Cristo es el centro del cristianismo… Cristianismo sin Cristo, es como concierto sin músicos… y cristianismo sin comunión es permanecer en la pura región de las ideas, es como un amor sin presencia, una amistad sin confidencias, una caridad sin donación: Cristianismo sin comunión es palabra hueca, vacía de sentido…”. Nuestra comunión con Cristo es real, nuestra comunión con los santos es real, no son ideas o meras devociones, no puedes pretender decir que eres cristiano pero vives una vida de des-comunión, no puedes decir que eres cristiano y no proclamar la cruz de Cristo siempre, de palabra y con tu vida. Lo importante siempre para una verdadera comunión en la Iglesia es permanecer en Jesús y dejar que Jesús permanezca en nosotros. No podemos cumplir la misión de “dar frutos” si no estamos unidos a Jesús ni a los hermanos. Necesitamos estar en comunión, separados no podemos crecer, no llegaremos muy lejos, más si nuestra separación también es del Señor.

Que tu vida sea un reflejo de la fe que profesas, somos bautizados, somos misioneros y estamos en este mundo para atraer a otros hacia Cristo, no para que este mundo nos aleje de Cristo; que tu alimento no sean los dulces de halloween, sino la Palabra de Dios y la Eucaristía; que tu traje no sea un disfraz que oculta lo que realmente eres, sino el vestido de la santidad de los hijos de Dios… “Sean santos para mí, porque yo soy Santo, yo Yahveh, que los he separado de los demás pueblos para que sean míos” (Levítico 20, 26).

Qué te parece si esta noche tomas la decisión no de ponerte un disfraz, sino de colocarte la armadura de Dios (Efesios 6, 10-18), tomemos literalmente las palabras de San Pablo y llevemos las armas de Dios para resistir a las maniobras del diablo, coloquémonos el cinturón de la verdad, la coraza de la justicia, el calzado para caminar predicando el Evangelio de la paz, en nuestra mano el escudo de la fe, en la cabeza el casco de la salvación y en la otra mano la espada del Espíritu Santo, la Palabra de Dios.

El origen, fuente y meta de la comunión de los cristianos es la comunión de la Santísima Trinidad; la comunión de nosotros, la comunión de los santos, de todos los cristianos nace de la comunión con Cristo, tener una comunión con Cristo ayuda a tener una buena comunión con los hermanos. Una comunión sin comunión con Cristo, no es comunión. Este 31 de octubre acuérdate de los Santos y prepárate para su fiesta; recógete en oración y dale gracias a Dios por el testimonio de santidad de estos hombres y mujeres; abraza espiritualmente a cada santo, enciende una vela como símbolo de la luz que su santidad ha dado en medio de las tinieblas de este mundo; ve a misa, comulga, para que estés en plena comunión con Cristo, con María y con todos sus santos. Este 31 de octubre no es noche de brujas, es noche de Dios a quien pertenece el tiempo y nosotros estamos en sus manos amorosas.

«Oigamos de nuevo las palabras de Jesús: «Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador (…). Permaneced en mí, y yo en vosotros» (Jn 15, 1-4). Con estas sencillas palabras nos es revelada la misteriosa comunión que vincula en unidad al Señor con los discípulos, a Cristo con los bautizados; una comunión viva y vivificante, por la cual los cristianos ya no se pertenecen a sí mismos, sino que son propiedad de Cristo, como los sarmientos unidos a la vid.

La comunión de los cristianos con Jesús tiene como modelo, fuente y meta la misma comunión del Hijo con el Padre en el don del Espíritu Santo: los cristianos se unen al Padre al unirse al Hijo en el vínculo amoroso del Espíritu.

Jesús continúa: «Yo soy la vid; vosotros los sarmientos» (Jn 15, 5). La comunión de los cristianos entre sí nace de su comunión con Cristo: todos somos sarmientos de la única Vid, que es Cristo. El Señor Jesús nos indica que esta comunión fraterna es el reflejo maravilloso y la misteriosa participación en la vida íntima de amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Por ella Jesús pide: «Que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado» (Jn 17, 21).»

CRISTIFIDELIS LAICI #18

Artículo escrito por nuestro colaborador y católico con acción Ernesto Martínez

6 Comentarios »

  1. Halloween en escensia no es una «celebración mala»… La palabra Halloween es una contracción de las palabras en inglés: «hallows eve» que significa «víspera de todos los santos».

    Como a otros amigos les comentaba en esta semana… Me parece perfecto esta campaña «anti-dia de las brujas» pero en lugar de solo decir «es malo» deberíamos rebuscarnos más (y me incluyo) por regresarle a esta fiesta el verdadero sentido con el que nació, que es la víspera de todos los santos. Que bien que ustedes no solo se han detenido en decir «es malo, no hay que celebrarlo» pero también es de promover el significado real más fuertemente o de lo contrario el cambio no se vera completamente.

    Gracias hermanos por este post. Bendiciones.

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    • Yo también apoyo fuertemente la promoción de Fiesta de Todos los Santos desde sus vísperas, por eso hay que dejar bien claro e invitar a todos a confirmar que es cristiano el significado de la palabra Halloween, que se traduce como tarde santa o de los santos, la forma de celebrarlo es lo que no corresponde, muchos dicen que la traducción es algo sobre brujas o el demonio lo cual es un error. Hay testimonios reales que afirman que las sectas de lo oscuro celebran sacrificios humanos y otros terribles ritos esa fecha, por lo que es muy acertada la adoración al Santísimo Sacramento ese día en desagravio y consolación a nuestro Señor Jesucristo por tanta ofensa

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