Católicos con Acción

«¿No te lo he oredenado yo? ¡Sé fuerte y valiente! No temas ni te acobardes, porque el Señor tu Dios estará contigo dondequiera que vayas»
Josué 1,9

La vida está llena de grandes retos, muchos de ellos parecen inalcanzables. Pero solo quienes caminan con valor y determinación, de la mano de Jesús y María, logran obtener todo lo que se proponen.

A diario nos encontramos con problemas y serias dificultades que nos hacen pensar que ese sueño por el cual hemos estado trabajando, será difícil lograrlo. La vida es para quienes se deciden dar el todo por el todo, sin importar las limitaciones o críticas de los que únicamente se sientan a señalar y nunca cosechar.

Muy pocas veces se obtiene un sueño sin primero desearlo y luego trabajar por Él. Debemos esforzarnos y dar lo mejor de nosotros, pues sólo quien con esfuerzo obtiene lo que desea, sabe apreciar y cuidar.

Pero en el camino sufriremos mucho. Tendremos caídas, críticas, fracasos y demás impedimentos. Pero sólo los valientes llegan hasta el final.

Este día tus problemas son más de los que tenías hasta ayer. Y no es por arruinarte el día, pero más tarde o mañana tendrás aún más problemas. Pero… ¿por qué la vida está llena de problemas y no sólo de alegrías?

Luego de hacernos esta pregunta, pensemos en todos los aspectos positivos que hemos recibido de nuestros problemas. Nos hemos hecho más fuertes, más inteligentes, con más astucia, más comprometidos y sobre todo, nos hemos acercado más a Jesús.

Para la solución de los problemas no hay ningún otro camino más eficaz que acudir a Jesús. Sólo en Él encontraremos la sabiduría para saber qué hacer. Pero es poco coherente pedir su ayuda y protección sólo cuando lo necesitamos. Él está siempre para nosotros y nosotros estamos pocas veces para Él.

No nos cansemos de luchar por lo que queremos, todo es posible para el que con amor y esfuerzo sale a conquistar su sueño.

Y nunca lo olvidemos. La Virgen María no nos deja solos, Ella siempre está con nosotros, esperando que le pidamos su intercesión. Ella es la compañía perfecta para cualquier camino, ella es la madre de Jesús, la que nunca falta ni falla.

Así como una madre es amorosa con su hijo, así seamos nosotros; como esos hijos que aman y respetan a su madre.

Sólo los valientes llegan hasta el final. Y tú eres valiente, puedes llegar hasta donde lo desees. Camina con honestidad, con respeto, fidelidad a Dios y verás como todo te será más fácil.