Católicos con Acción

«¡Mujer, ahí tienes a tu Hijo! ¡Hijo, ahí tienes a tu Madre!» Jn 19, 25-27

Existen muchas formas de agradar y hacer sentir bien a las personas que tanto amamos. También, hay maneras de obtener la felicidad en nuestra vida o al menos alcanzar la estabilidad y la paz. Esto no es tarea fácil humanamente hablando, se necesita un poder sobrenatural y claramente sabes que no lo encontramos así por así o al menos sin pedirlo.

Recuerda el rostro alegre de tu madre cuando un 10 de mayo (día de las madres), le regalaste una flor y te brindó con cariño un fuerte abrazo de agradecimiento ante tal gesto de amor. Del mismo modo, sucede cuando tu dices: “Ave María, llena eres de gracia…”. En cada ocasión que rezas el Rosario, estás regalándole una rosa a la Virgen María, que siendo la madre de Jesús, también es la nuestra quien nos acompaña desde el Cielo.

Mayo es el mes de la Virgen de Fátima y octubre es el mes del Santo Rosario, instituido por la Iglesia Católica desde hace varios años. Es momento para redoblar nuestras oraciones y agradecimientos a nuestra Madre Celestial a través de un rezo constante y amoroso.

“Recitar el Rosario – nos dice el San Juan Pablo II – es contemplar con María el rostro de Cristo.” Nos pone en comunión vital con Jesús a través del Corazón de María. Al mismo tiempo, nuestro corazón puede incluir en estas decenas del Rosario todos los hechos que entraman la vida del individuo, la familia, la nación, la Iglesia y la humanidad. Experiencias personales o del prójimo, sobre todo de las personas más cercanas o que llevamos más en el corazón.

Pero… ¿para qué más nos sirve el Rezo del Rosario?

¿Has pensado alguna vez en todas las personas que justo en este momento están a punto de morir, aquellos que sufren de soledad, los que no encuentran rumbo a su vida, los que han muerto sin el perdón de Dios, los jóvenes en pandillas, los jóvenes que no pueden terminar sus estudios, los noviazgos sin moral y tantos cientos de problemas que existen? Para ello también te sirve rezar el Rosario.

¿Para qué más quieres que sirva? Agrega todos aquellos problemas, dificultades o situaciones que te impiden a ti y al resto de la sociedad vivir en felicidad. Para esto y muchísimo más, nos sirve y servirá rezar el Santo Rosario.

Ante tal magnitud, ¿no crees que sea un milagro y algo verdaderamente extraordinario la existencia del Santo Rosario? ¡Por supuesto que sí!

La pregunta es para ti… ¿por qué no dedicarle 15 o 20 minutos a quien te dará más que eso? Sólo así encontraremos el camino perfecto y seguro hacia Dios.

Los jóvenes nos unimos y decimos «Ave María».

Artículo escrito por nuestro colaborador y Católico con Acción Abraham Soto.